Contando nuestra historia desde el principio.[1]
Una
finca que era propiedad de la adinerada familia Rohrmoser, da origen a Pavas,
distrito número 9 del cantón de San José, que cuenta con 71.368 habitantes para
el año 2011. El rincón de la finca fue bautizado como Rincón Grande, dado que
ese lugar no tenía salida hacia ningún lado. Este lugar comienza a urbanizarse
con dos urbanizaciones formales promovidas por instituciones del Estado, el ICE
y la CCSS, destinadas a atender la necesidad de vivienda de sus empleados. Es
lo que se conoce como Lomas 1 y Lomas 2.
Cerca
del año 1978, al proliferar asentamientos en todo el Área Metropolitana, el
gobierno de turno busca la posibilidad de comprar terrenos en San José y
vuelcan la mirada hacia el oeste de la capital. Se adquirió la Finca San Pedro
y comienzan a desarrollarse proyectos de interés social para atender familias
de extrema pobreza. La falta de planificación y el mal manejo llega a
convertirse en un gran asentamiento. Luego este sector se convierte en
urbanizaciones: Metrópolis 1, 2 y 3, Los Laureles y Cristal.
Unos
años más tarde, en la administración Calderón Fournier, se compra la Finca San
Juan con el objetivo de atender multiplicidad de asentamientos del Gran Área
Metropolitana, entre los cuales había población proveniente de Moravia, Barrio
México, La Pithaya, entre otros. Se hace el proceso que el Instituto Mixto de
Ayuda Social (IMAS) le traspasara los terrenos al Instituto Nacional de
Vivienda y Urbanismo (INVU).
Estas
instituciones, junto con el Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos
(MIVAH) promueven el traslado de todos esos grupos en una supuesta atención,
sin ninguna planificación, dado que eran más familias que las que cabían en el
área. Entonces, Finca San Juan se compone de gente de muchas áreas de San José
y por esa razón aún no tiene una identidad propia a pesar que ya va a cumplir
veinte años. En el traslado inicial se construyeron casas de 2 metros de frente
por 4 metros de fondo, para esperar la segregación de la finca para ubicar a
cada familia en su respectivo lote.
El
traslado no tomó en cuenta el fenómeno del crecimiento vegetativo o natural de
la población. Debido a la afectación social que tiene la zona, las familias se
reprodujeron, ocurriendo dentro de ese crecimiento los embarazos entre
adolescentes. Muchas de las nuevas familias no podían vivir con el núcleo
familiar de dónde salieron entonces comienzan a tomar las áreas de Finca San
Juan, las áreas de parque, las zonas de reserva y las riveras de los ríos, en
zonas de guindo.
En
esta toma y ante la inexistencia de más espacios, surge El Relleno el 5 de
setiembre de 1995. Este sector, en los inicios de Finca San Juan, fue utilizada
para botadero de escombros, de desechos hospitalarios, entre otros. Un
dirigente de aquella época cobraba por permitir que se botara el escombro allí,
por eso se llama El Relleno.
El
grupo estaba constituido por 109 familias distribuidas en 79 ranchos. Se
organizaron en un grupo a cargo de Elisanías García Marín, el dirigente
tradicional, para informarse y hacer presión en las instituciones. Con fecha
del 6 de setiembre de 1995 se presentó el primer Recurso de Amparo para
quedarse en el lugar en espera de una respuesta institucional. Don Elisanías
García fue dirigente de uno de los asentamientos trasladados, precisamente en
La Pithaya de Barrio México.
Alrededor
del año 2000, con el fallecimiento del líder comunal Elisanías García, las
personas cercanas al dirigente en la coordinación del grupo de familias
consultaron sobre las posibilidades de retomar el proceso que él venía haciendo
y sobre el procedimiento a seguir. La respuesta institucional fue “con la muerte
del dirigente fallecen los esfuerzos”. Al enterarse la comunidad sobre esta
situación se toma la decisión de nombrar un comité pro vivienda, con una junta
directiva de siete miembros, quienes realizarían toda la gestión institucional.
El
grupo realizó una labor de investigación, con algunos desarrolladores,
visitaron construcciones para conocer las posibilidades de que recibieran a las
familias una a una, esto sirvió para monitorear las razones por las cuales no
aceptan a la gente de los precarios. Para la gente externa a los precarios el
perfil que se maneja de las personas de precario es que son gente “desaseada”,
“desordenada”, “con problemas de ruido” y “delincuentes”. Entonces para que pudiéramos ser atractivos a
un proyecto comenzamos a modificar esa imagen.
Entonces,
la comunidad de El Relleno incorporó Seguridad Comunitaria, se comenzó a
establecer roles de limpieza para mantener limpios los puntos de contaminación
de basura, establecieron reglas de convivencia que respetan los que allí viven.
Si llegaba alguna persona nueva se le explicaban cuáles eran las reglas de
convivencia. Formaron un modo de trabajo que dio resultado, pero necesitaba
trascender, por un movimiento político que se daba en la zona.
El
síndico de Pavas, Manuel Salinas Salinas, para ese momento delegado
presidencial también, quería representar ese distrito y al principio no había
ningún problema, hasta que quiso hacerlo omitiendo la opinión de la comunidad
para la toma de decisiones. Representaba la zona, pero el criterio del grupo no
valía, él quería tomarse atribuciones que no permitió la comunidad.
El nacimiento de una idea
Debido
al sentimiento de ausencia de representación por parte de las figuras de la
zona se tomó entonces la decisión de trascender de un Comité pro-vivienda
informal, que no tenía una representación jurídica, aunque realizaba gestiones,
y buscaron la posibilidad de obtenerla para respaldar las acciones y legalizar
el accionar del grupo. Se comenzó a revisar las posibilidades de asociación que
hay en el país: asociaciones de desarrollo, asociaciones específicas,
asociaciones privadas, cooperativas. Este último era el menos atractivo para
grupo pues las asociaciones ya constituidas les decían que era lo más difícil
de constituir.
Entre
los años 2007 o 2008 la administración Arias Sánchez realiza un diagnóstico
sobre la problemáticas generales de Rincón Grande y se descubre la existencia
de 21 grupos de vivienda organizados solo en esta zona, 16 asentamientos y cada
uno contaba con un líder que lo representara o un comité o asociación.
En
El Relleno, estaban al tanto de las alarmas por el rumbo que estaban tomando
las decisiones institucionales y políticas a partir del diagnóstico. Las
decisiones las tomaba el síndico-delegado, en función de sus pretensiones futuras,
invisibilizando el esfuerzo de los demás, entonces los grupos comenzaron a
salirse del proceso.
El
grupo de El Relleno comenzó a buscar fincas donde plantear un desarrollo. Por
medio de visitas vieron fincas, consiguieron un diseño de sitio, llevaron al
ministro Fernando Zumbado (2008). Trabajaron durante mucho tiempo en esa finca
y el síndico comenzó a mencionarla en diferentes foros. En una sesión de
trabajo con el Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos (MIVAH) se le
solicitó a este representante que no interviniera de esa forma y esto puso en
alerta al Ministerio sobre lo que estaba pasando. En dicho Ministerio se creó
una Unidad Ejecutora para Rincón Grande para dar atención a esa región; esta
entidad, luego de un tiempo de funcionar tuvo un cambio de gerente que plantea
la idea de crear una cooperativa o confederación a nivel de todo Rincón Grande,
con los representantes de los 16 asentamientos existentes. Ante esta idea,
aparecieron “más caciques que indios”, y todos querían mandar en la
cooperativa.
El
MIVAH se percata que había proyectos que serían inviables, algunos de ellos
planteados por la administración anterior, y toman la decisión de cada una de
las comunidades, indagando la forma de representación y organización existente.
En algunos casos se contaba con asociaciones y en otros sólo con dirigentes. El
comité de El Relleno les presenta el trabajo que habían realizado, para
controlar los problemas de basura, de ruido y de delincuencia y, dentro de lo
que cabe, tener una sana convivencia.
El
plan de gobierno del presidente Oscar Arias en su punto 10.4 decía que para
Rincón Grande se implementaría una modalidad innovadora para replicarse en
diferentes comunidades “para la atención de precarios y la erradicación de la
pobreza”, en el cumplimiento de este inciso se le hace la propuesta al precario
El Relleno de formar una cooperativa autogestionaria.
El
MIVAH había hecho una indagación con el Instituto de Fomento Cooperativo
(INFOCOOP) sobre la creación de cooperativa, pero no se tenía claro si era para
todo Rincón Grande o para quiénes.
Esta
propuesta institucional fue retomada por el comité de El Relleno, dado que
buscaban una forma de organización para consolidarse como un grupo formalmente,
pero surge la pregunta “¿esto con qué se come?”, sabían cómo funcionaban las
asociaciones, pero las cooperativas no, pues la información era cerrada, muy
protocolaria. Comenzaron entonces como grupo pre cooperativo a conocer cómo
funcionaban las cooperativas, qué hacían, para qué servían, de qué se tratan,
hasta dónde son los alcances. El INFOCOOP les brindó una inducción sobre la
doctrina cooperativa y en esa exploración, la comunidad El Relleno se da cuenta
que ha vivido en el modelo cooperativo los últimos 6 años. Se percatan de que
tenían años de venir haciendo lo que hacen las cooperativas, pero no lo sabían,
entonces, la figura de la cooperativa era el anillo del dedo, en ese modelo
habían vivido por largo tiempo.
Por
la falta de interés institucional, donde no se abrían canales de comunicación,
se evidenciaron las deficiencias para brindar información y lo cerrada de la
información que se le dio a la gente.
Las personas buscaban respuestas y formación, pero las instituciones
tenían muchas barreras desde el poder.
Cuando
las familias abrazaron el modelo cooperativo al darse cuenta que era el modelo
en el que habían vivido, comienzan a encontrarse con trabas a nivel del
INFOCOOP. Entonces, se hizo un estudio sobre las cooperativas de vivienda en el
país, teniendo en cuenta las que existían, las que se formaron a los largo de
la historia y las que aún permanecen, las que ya no existen, estableciendo por
qué fueron exitosas o por qué ya no existen.
Comienza
a pensarse en la posibilidad de convertirse en una cooperativa autogestionaria
que pudiera producir empleo, entonces podíamos atacar el problema no solo de
vivienda sino también el de empleo y, con el de empleo, se iba a tocar
forzosamente el problema de educación.
Se
comienza a reflexionar que si era una cooperativa de vivienda, al terminarse la
construcción de la casa hasta ahí iba a llegar el trabajo de la organización,
por eso se insistió en que se deseaba una cooperativa autogestionaria en
producción de hábitat, que es todo lo que necesita el ser humano para
desarrollarse.
A nivel institucional se planteaba que debía
formarse una cooperativa de vivienda tradicional, presentando trabas por parte
de las autoridades del INFOCOOP para que el grupo fuera autogestionario. El
forcejeo con la institución implicó para el naciente grupo demostrar la
importancia del empleo que produciría la propia cooperativa, por medio de la
producción con un sistema prefabricado. Se desconfiaba, a pesar del estudio
técnico de lo que se iba a producir.
En
una sesión de trabajo se argumentó que era otra traba que tenían poca gente
formada ya que el grupo de 63 integrantes solo tenía 17 personas capacitadas en
el modelo cooperativo, que se instruyeron durante tres semanas en el dominio de
la doctrina cooperativa, la legislación, el manejo de estados contables. No se
tenían profesionales, pero la gente entendía de qué se trataba. Lo que ocurría es que a nivel institucional
no se tenía comprensión de las dificultades que presenta la construcción de
organización. Entonces, las 17 personas capacitadas se dieron a la tarea de
reproducir la información entre el resto de los asociados y tres semanas más
tarde tenían a 57 personas capacitadas. Así le dieron al INFOCOOP una muestra
de las capacidades educativas de este grupo.
Esta
acción permitió poner fecha de la primera asamblea de la cooperativa y comenzar
el proceso de constitución.
La Cooperativa Autogestionaria de Producción de Hábitat COOPEBERACA.
El
18 de octubre de 2008 nace la primera Cooperativa Autogestionaria de Producción
de Hábitat del país, COOPEBERACA. En su origen contó con 63 asociados.
En
el papel dice que luego de la formación las cooperativas deben tener un proceso
para ser fortalecidas y apoyadas, en el caso de COOPEBERACA “ahí fue donde la
criatura se quedó huérfana, sin padres”, en ese momento la cooperativa se quedó
sola. Y no solo quedó sin padres, quedó “en media calle” expuesta a que
cualquiera la pateara. Pero, para el momento en que la institucionalidad
abandona la cooperativa los miembros ya estaban embarazados del proyecto, ya
difícilmente se iba a caer porque aunque no se tenían recursos ni todo el
conocimiento, ya la gente sabía para dónde quería ir, ya había una formación
que había sido sembrada.
Para
la consolidación de la cooperativa se había gestionado la donación de un
terreno de 3 hectáreas, una zona de reserva del Cementerio Metropolitano en
Rincón Grande de Pavas. La ministra de entonces, Clara Zoomer, hace la solicitud
de ese terreno para el fortalecimiento de la cooperativa y cuando la donación
iba bien encaminada, aparece el delegado-síndico diciendo que se la tienen que
dar a él porque él es el que tiene poder y quien debía repartir el terreno.
El
año 2009 fue para la cooperativa un año lleno de procesos legales,
administrativos, denuncias y demás. La COOPERATIVA inició procesos contra el
presidente de la república de aquel entonces, a sus ministros, el diputado del
cantón central, contra el delegado, el presidente del Instituto Nacional de
Vivienda y Urbanismo (INVU). En el grupo se comprendía que era muy probable que
se cayera la donación del terreno, pero les interesaba sentar un precedente que
si las cosas tienen un origen se debe respetar y si la donación se gestó para
el fortalecimiento de la cooperativa no podía transformarse en un botín
político.
En
el 2010 se continuó con ese desgastante proceso tratando de que se entendiera
de qué se trataba la cooperativa, que lo que se perseguía no era el llenar los
bolsillos de unos cuantos ni tener una mega industria, sino hacer exitosa esa
experiencia para poderla reproducir a nivel de Rincón Grande y fuera de allí.
Demostrar que lo queríamos hacer lo podíamos
hacer
En
el año 2011 una asociada compra un terreno y comienza a explorar la posibilidad
de hacer la construcción de una casa. La asociada hipoteca su salario y la
propiedad y hace un préstamo privado para conseguir los recursos. Consiguió el
crédito y puso el dinero a funcionar a favor de la cooperativa, para la
construcción de los moldes iniciales, los implementos y materiales. Se comenzó
de una forma muy artesanal, con 15 millones de colones. Ese era el capital con
el que se contaba de los 63 millones presupuestados ($135.000), necesarios para
comenzar en mejores condiciones. Era una suma nada exorbitante para lo que se
maneja en el país, puede decirse que es un monto ridículo para un
emprendimiento de este tamaño.
Con
el poco dinero con que contaban comienza a trabajar el sueño de las familias de
COOPEBERACA: generar empleo y mejorar las condiciones de la vivienda
En
el segundo semestre de 2011 se comienza a trabajar en la posibilidad de hacer
una casa modelo y la primera planta de producción, eso comienza a compensar los
dos años de esfuerzos legales que tuvo la cooperativa.
Comienza
a trabajar la cooperativa en el diseño de moldes de columnas, de las baldosas,
de la mesa vibradora, etc. distribuyendo las tareas entre sus asociadas. Parte
de las labores era la compra de materiales, hacer mezcla, elaborar las piezas.
Con
estos pasos comienza el proceso formativo, desde la planta de producción hasta
el tema de la construcción. Algunas mujeres habían construido sus casas, habían
tomado un martillo, pero no sabían de la composición de la mezcla de concreto,
hasta construir las piezas. No tenían conocimiento de construcción.
En
el proceso formativo la asesoría técnica fue muy importante. Las mujeres
empiezan a ver que “todo lo que dijimos lo íbamos a hacer”. Parte de los
conocimientos adquiridos fueron: la medida universal del concreto, los amarres
entre las varillas, la armadura de las columnas para vigas, las armaduras de
las columnas para cimiento, la diferencia entre una varilla y otra. Debe
señalarse que todo ese proceso formativo se dio en la práctica.
Algunos compañeros varones de la cooperativa
decía que era más fácil conseguir a cuatro hombres y que se hiciera la casa más
rápido, pero la cooperativa no estaba urgida por el tiempo, al decir del grupo
“habíamos decidido que ese lote y esa casa iba a ser nuestro laboratorio,
nuestro taller de ensayos”. Se fue corrigiendo cada error que fue apareciendo
en la práctica. Se iban modificando los moldes, la mesa vibradora se construyó
un par de veces porque había quedado muy alta, etc. Si había que detener el
proceso en busca de asesoramiento se detenía hasta que llegaran las
instrucciones correctas. Todo este proceso enriqueció la formación de los
asociados.
En
varias partes del proceso hubo varones, pero en muchísimo del proceso
estuvieron mujeres, no solamente aprendiendo sino haciendo aportes. Había cosas
tan simples que las mujeres, por la perspectiva de género, le simplificaban
incluso el trabajo a los varones, pero esos aportes los veían ellos hasta el
final de la jornada del día.
El
Ingeniero de planta de la cooperativa, Señor Jorge Mora Oconitrillo, nos
capacitó en el aspecto técnico constructivo. Su aporte a la cooperativa es ad
honorem, tiene mucho compromiso y ninguna remuneración, muchas veces les dijo a
las mujeres “deténganse, no hagan nada más hasta que yo llegue”, como indican
las cooperativistas “eso nos ha hecho entender que no tenemos por qué saberlo
todo, para eso están los técnicos, debemos dejarnos direccionar porque hay una
razón y un orden para hacer las cosas”.
Estos
aprendizajes y la disciplina en el plano de la construcción no se quedan ahí,
las familias comenzaron a llevarla a sus casas, eso ha llevado a mejoras a
nivel de relaciones familiares, eso es uno de las ganancias que ha tenido esta
construcción. Lejos de solamente hacer una casa modelo, se ha iniciado un
modelo de vida dentro de la construcción que se puede llevar a las casas. Es un
proceso que para una construcción convencional ha sido largo, pero en un
proceso de formación ha sido corto.
Algunas
mujeres se animan a afirmar “el ingeniero manda en la construcción, pero aquí
mando yo”, es un cambio muy enriquecedor.
Tal
vez el barrio no es lo mejor, pero empiezan a interiorizarse conceptos para la
vida personal y para sus casas. La construcción no solamente se queda en la
obra gris, sino en la formación que se llevan las familias y eso sigue siendo
muy ganancioso, eso sigue teniendo más beneficio que la obra en sí.
Este
proceso en una empresa constructora no se podría disfrutar, porque la empresa
llega, construye, sale y se va. Lo que pasó durante el proceso lo saben quiénes
estuvieron ahí trabajando, qué tanto tuvieron que limar asperezas, qué tanto
tuvieron que soportarse unos a otros o qué tanto tuvieron que compartir, es un
conocimiento que se fue con los empleados.
En
un proceso de autoconstrucción, es posible darse cuenta de las virtudes y las
habilidades que tienen las mujeres, de sus destrezas, de la capacidad de
interpretación y razonamiento. Es muy fácil ubicar al hombre dentro de la
construcción, pero ver a las mujeres en este campo, ver sus destrezas y
habilidades con las manos, otras con la capacidad de innovar de ver de qué
manera las cosas se hacen más fáciles, sin emplear fuerza bruta, con medios
artesanales e innovadores, son elementos que se hubieran ido con una empresa,
porque una empresa hubiera pedido lo que necesita para hacerlo y nada más. En
el caso de las mujeres con un recurso muy limitado se empieza a presentar el
interés de qué puedo aportar para maximizar esos recursos. Con ello se abre un
panorama de habilidades que estaba dormido que no se han explorado, no se han
potencializado:
«Hoy
estoy convencida, hay cosas que las mujeres podemos hacer en la construcción,
que podemos hacer igual que los varones, pero hay cosas que si le podemos meter
un poco de tecnología nos maltratarían menos y podríamos hacer las mismas
funciones de los varones, obviamente vamos a requerir tecnología que incluso
para los mismos hombres no son dañinas, sino que alargaría la condición buena
de vida de los trabajadores».
La
cooperativa contó con asesoría técnica en la parte constructiva, sin embargo,
siempre que se está en construcción es “un caldo de cultivo para
accidentes”. Las dificultades que se han
presentado, están ligadas a los limitados recursos con que ha contado la
cooperativa, puede mencionarse: la ausencia de equipo de protección adecuado,
capacitación e implementos para una seguridad laboral correcta, los accidentes
laborales, los trámites para la construcción.
Se
pensó que tendrían problemas de seguridad para los materiales de construcción,
pero es lo que menos problemas les ha dado.
Cómo
hacemos con un recurso tan limitado para poder hacer lo que se requiere, la
casa modelo, los implementos, dar la cara a un compromiso, porque aunque sea
una asociada y un empréstito privado, hay que cumplir, no podemos decir nos gastamos
todo en el laboratorio y no entregamos nada, porque precisamente estaríamos
desperdiciando la posibilidad de estimular la responsabilidad y la honradez,
algo que no podemos dejar de lado, menos en materia de construcción, menos
cuando es tan fácil echarse unos clavos o unos tornillos a la bolsa. Entonces
hay que estimular la honradez, el estar a tiempo, la responsabilidad no se han
querido obviar.
Existe
una de las principales trabas que ha sido la falta de coordinación entre
instituciones. En el proceso de los trámites para que la construcción sea
formal, por ejemplo, hubo problemas para que saliera el permiso de construcción
porque una de las dependencias decía que la Finca San Juan había sido
traspasada en el área donde se está trabajando y otra planteaba lo contrario,
entonces el permiso de construcción iba y venía de una institución a otra, y
este documento era necesario para todo el procedimiento legal.
«El producto nuestro está para atender a
interés social, porque es de mejor calidad por el mismo monto, con el adicional
de que está generando empleo para, en su mayoría, jefas de hogar»
Nace
una cooperativa autogestionaria en producción de hábitat en un precario y eso,
lejos de castigarse a una organización de esas, se debería de estimular, es un
precario que está decidiendo hacer un cambio de mentalidad y está diciendo
empecemos a producir para salir de esta condición, pero como no tiene una
propiedad inscrita a su nombre, entonces no es sujeto ni de crédito ni de
beneficio ni de ningún aval
«Las
cooperativas son de interés público, se crean por una razón, se ha logrado
demostrar que tienen impacto y que se deben fortalecer»
No
hubo apoyo financiero, el apoyo institucional se basó en cursitos,
capacitaciones, pero lo que hacía falta para el despegue de la cooperativa eso
fue lo que nunca vino ni del Gobierno, ni del gobierno local ni del INFOCOOP.
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